El verano, esa época del año en la que pensamos todo el resto del año. Se acercan las vacaciones, horas en la playa y escapadas. Te entran ganas de salir, vivir y compartir, compartir todo lo bueno que tienes dentro.
Cuidar la «autoestima» es cuidar lo que nos queremos, lo que nos valoramos y lo que nos apreciamos. Es importante hacerlo durante todas las épocas del año, pero podemos aprovechar la energía extra que nos da el sol veraniego para motivarnos más a cuidar y mimar nuestra autoestima.
Los pilares de tu autoestima
Todo comienza de dentro afuera. Por eso, es indispensable buscar (y encontrar) cómo sacarás el tiempo que necesitas para:
- Cuidar tu alimentación. Aprovecha e incorpora las citas con tu nutricionista, te enseñará qué es lo que tu cuerpo necesita para funcionar, encontrar y mantenerte en el peso en el que te sientes bella.
- Incorpora el ejercicio en tu rutina diaria. ¿Te gusta bailar? Baila. ¿Te gusta caminar? Camina. ¿Te llama la atención el yoga? Apúntate a clases de yoga. ¡Pero hazlo! Ahora puedes aprovecharte de la aplicación Buddyfit que te permitirá hacer ejercicios de movilidad, fuerza y cardio ¡desde tu casa! No hay más excusas para comenzar, busca el momento del día en el que vas a incorporarlo y cumple contigo misma.
- Cultivar tu mente. ¿Qué hay de tu mente? Ella se encarga de colorear de diferentes colores todo lo que ves, ¿cómo no vas a dedicar tiempo a cultivarla de aquello que le hace sentir bien?
Los 3 consejos para potenciar tu autoestima
La autoestima es la «estima» que te tienes, lo que te quieres y valoras y, como todo, se entrena para fortalecerla.
- Pasa tiempo contigo, conócete. Entra en contacto con tus pensamientos y emociones y concédete el tiempo de parar y analizarlos para así poder entenderlos. Puede que te sea útil tener una libreta a mano (o tu móvil) y cuando haya momentos en los que sientas cosas dentro que no sabes de dónde vienen o qué quieren decir, pero te hacen sentir mal: escríbelas. Poco a poco, irás deshaciendo los nudos mentales que se generan entre tus pensamientos y emociones.
- Averigua qué te gusta hacer, con qué disfrutas y estate atento porque tus gustos con el tiempo pueden ir cambiando así que ajústate a ti mismo. Dedica un poco de tiempo cada día a hacer algo que disfrutes, puede que solo sean 15 minutos si sientes que no te da para hacerlo todo o, no te excedas si lo que ocurre es que sientes que pasas demasiado tiempo de ‘ocio’ y que luego no alcanzas los objetivos que te has propuesto en otras áreas.
- Practica el amor propio, cultiva tu autoestima observando tu diálogo interno. Ejercita la actitud de valorar tanto lo que ves a tu alrededor como lo que tú ya tienes dentro.
El ejercicio ante el espejo
¿Cómo te sientes cuando alguien te dice un piropo? ¿Por qué no pruebas a hacerlo tú? A partir de ahora, todos los días. No es necesario que pase nada especial para que aprecies una determinada parte de ti.
Puedes jugar y probar a encontrar cada día algo diferente que te guste de ti ¡ojo! no te compares con otros, no te hagas de menos por ver algo bueno en otros. Ese no es el objetivo de este juego, es más si ves algo en el otro que te gusta ¡exprésalo! Apreciar y admirar lo bello es una actitud que como todas se trabajan, si te acostumbras a decírselo a tu entorno te saldrá cada vez más natural decírtelo a ti.
Para asegurarte que recuerdas que tienes que realizar este ejercicio puedes probar a establecer un momento del día en el que aprovecharas de hacerlo. Por ejemplo, puedes aprovechar el momento de intimidad que tienes después de comer, cuando te lavas los dientes para observarte frente al espejo y valorar algo. Este algo puede ser tanto interno o externo.
Un día puede ser tus ojos, que brillan mucho cuando se emocionan o el sonido de tu risa en el que quizá no te habías fijado hasta ahora. Pero también puedes valorar actitudes que tengas con tu entorno, gestos bonitos que tengas en tu día a día como por ejemplo ¡haberte atrevido decirle algo bonito a alguien! Todo suma y te ayuda a cultivar esta actitud que consiste en darte el valor que tienes y podrás comprobar si es verdad es dicho: cuanto más das, más recibes.
Y por último… ¿Cuánto te quieres?
¿Cuánto te quieres? ¿Cuánto te valoras?
Esperamos que la respuesta a esto sea un mundo entero. Te animamos a que pongas en práctica el ejercicio que te hemos propuesto o la variación que quieras hacer de él y que compartas con nosotros tus avances. A cambio, te pedimos que lo practiques, no solo durante este verano sino durante todas las estaciones del año. Esperamos que te valores y te quieras y, sobre todo: que te lo repitas diariamente, constantemente para que no haya ni una pequeña parte de ti que lo duda.