La primavera se está acabando y pronto llegará el verano. Las posibilidades que tenemos ahora de realizar actividades al aire libre nos apetecen bastante después del tiempo en aislamiento, pero ¡ojo! hay que seguir atendiendo a tu piel.
La exposición solar durante la primavera y el verano es mucho más intensa de lo que te imaginas. Debes tener en cuenta que la radiación ultravioleta es capaz de reflejarse en el agua, la arena y otras superficies y atravesar los tejidos. Además, la luz sigue penetrando en tu piel, aunque no exista sensación de calor. Existen principalmente dos tipos de radiaciones ultravioleta: tipo A y tipo B.
- La radiación ultravioleta tipo B es aquella que puede producir una quemadura solar ya que afecta a las capas más superficiales de la piel y por eso se puede ver el daño producido (piel roja, ampollas o pelado de la piel)
- La radiación ultravioleta tipo A alcanza niveles más profundos en la piel y produce un daño celular no visible, pero que a largo plazo va a tener mayores efectos adversos como el cáncer de piel. Este tipo de radiación atraviesa la ropa o la sombrilla de playa excepto aquellas que están específicamente diseñadas para no dejar pasar la radiación.
Para protegernos de estos tipos de radiación solar es muy importante la fotoprotección a cualquier hora, incluso aunque estés en la sombra.
¿Cómo podemos hacerlo? A la hora de maquillarnos podemos elegir maquillajes con factor de protección solar. En el caso de que la protección sea baja (menos de 15), se recomienda que también utilices cremas de protección solar en especial durante los meses de primavera y verano.
Si vas a tomar el sol, tienes que proteger tu piel de los rayos solares, estos penetran en tu piel y están relacionados con la aparición de arrugas y manchas. Hay que utilizar un protector de pantalla completa para protegernos completamente de los rayos del sol y aplicarlo varias veces al día.
